NUESTRA HISTORIA

Provengo de una familia de olivicultores. Lo fue mi abuelo, el Ingeniero Mauricio Flores Córdova, quien trayendo el recuerdo de su tierra natal, Moquegua, sembró olivos en los arenales de Huaral, en el Fundo Yaguay.

También lo fue mi padre, el Ingeniero Cesar Flores Cosío, quien instaló todas las plantas productoras de aceite de oliva en el país, aplicando los conocimientos adquiridos en Italia, en la fábrica Veraci.

Y como si fuera poco, la olivicultura se extendió por afinidad a mi madre, Ada Nano de Flores, quien al lado de mi abuelo y padre, dedicó varios años de su vida a la comercialización de aceitunas, del aceite de oliva “OLI” y de una finísima pasta de aceitunas.

Crecí viendo olivares. Al contemplarlos, muchas veces cabalgando por la chacra de Huaral, sentí que esos árboles eran el mejor testimonio de una obra familiar que había convertido el desierto en tierra fértil.

Por eso y gracias a una buena idea de mi padre, esa herencia ha quedado plasmada en diversos ambientes y mobiliario del Estudio. Mi escritorio y muebles de mi oficina, lo mismo que la mesa central del Directorio fabricados con la madera de los inolvidables olivos del Fundo Yaguay.

El olivo es el símbolo de la paz. Estaba consagrado a la Diosa Minerva, a quien se le ve en muchos monumentos con un ramo de olivo en la mano. En el pabellón de la Organización de las Naciones Unidas, la corona de ramas de olivo simboliza la paz universal.

El olivo es también el símbolo de la victoria. Era, el atributo de los guerreros triunfadores y el premio de los vencedores en los juegos olímpicos. Ese simbolismo puede guiar bien nuestra acción y el servicio profesional que nos toca brindar.

Asumido el patrocinio de una causa luego de haber evaluado con criterio ético su viabilidad y justicia hemos de actuar como guerreros o deportistas en busca de la victoria.

Pero, la estrategia trazada, el conflicto afrontado, el proceso seguido, en síntesis, el campo de la batalla legal, han de ser siempre la antesala de la solución final, que a su vez, sustituye el clima de tensión y enfrentamiento por la paz.

Esa es la filosofía que inspira nuestra actuación profesional. Recibimos el encargo de atender un conflicto, pero siempre nos proponemos encontrar una solución. Somos un estudio para la SOLUCION DE CONFLICTOS.

Litigamos ante cortes y tribunales arbitrales, en nuestro país o en el exterior.

Defendemos con entrega y pasión la causa que se nos encomienda.

Sentimos satisfacción cuando la tesis esgrimida y los argumentos que la sustentan encuentran eco en los llamados a juzgar.

Pero, la verdadera satisfacción llega, cuando del conflicto surge la solución y nuestro cliente encuentra paz.

Hace algunas semanas, al dirigirme a los integrantes de la promoción de Derecho de la Universidad de Lima y luego de pasar revista de los cambios globales que han impactado en nuestras vidas y en el Derecho, dije con profunda convicción: "No ha cambiado la razón de ser de nuestra actividad profesional, que tiene que ver con la convivencia en paz, en orden y con respeto a los seres humanos."

Al saludar a los lectores de nuestra página web y a nuestros actuales o potenciales clientes, los invito a encontrar en Lourdes Flores Nano Abogados, una empresa de servicio legal, a la que se puede encargar la atención de un conflicto, en la certeza que, procuraremos encontrar la mejor solución para que cese el conflicto y triunfe una solución justa que traiga paz.

LOURDES FLORES NANO
Lima, 1 de agosto de 2012